Acaricia con tus dedos componiendo con esmero melodía en mi piel. Y si encuentras los enredos que mis suspiros dejan en tu pelo déjate querer.
Tus manos son dos partituras donde las notas son locura que me hacen vibrar. Tú siempre capturas y solo apresuras mientras yo quiero volar.
La clave de sol escribes en el pentagrama de mi cuerpo. Y conviertes en do cada espacio y tiempo, gemidos de fa afloran a mi boca. Tu ímpetu me provoca hasta desvanecer.
Eres mi gran compositor el maestro de la magia y del deseo. Eres mi gran soñador el que me contagia su jadeo.
Tócame con tu boca y tus manos ese concierto de la pasión. Para juntos fundirnos en la dulce melodía del placer y el amor.
Cuando surco cada esquina de tu cuerpo más me siento esa brisa que acaricia tus cornisas y fundo con mis labios tu sonrisa. Casi siempre derrumbo las barreras de tu silencio y penetro muy callada en el portal de tu sentimientos.
Desbordo como un rió todo mi caudal inundando milímetro a milímetro tu piel. Queriendo perder el pudor que me ata y me hace novata del goce de tu ser.
Tu fachada intensa y suave se vuelve todo frenesí cuando mis manos la tocan su sabor me sabe a gloria degustarte es mi victoria.
Mi pasión me quema toda cuando recorre mi mirada como tibia y dulce lava la plenitud de tu valle deleitándome en cada detalle. Me sumergo en las aguas de los suspiros volviéndome caracola susurro en tus oídos ese concierto de gemidos que la orquesta de mi amor Compuso en las esquinas de tu cuerpo.
Sujétame te pido que vuelo al olvido y traspaso los sentidos de la realidad. A penas te conozco ya juegas conmigo y con mi verdad.
No ves que ardo de deseo perdida en el museo de tus caprichos. A caso si me reprimo ¿Tú seguirás cautivo? En el lienzo de lo prohibido.
Elástica me vuelvo hasta llegar a tu cuerpo aferrarme pretendo ya ni me detengo. Sobre mis pechos erectos tu lengua me turba y me excita, tu saliva es agua bendita que moja mi desierto.
La dulce provocación se vuelve furia y tensión sin contemplación me apodero, del bosque de tu cuerpo más y más me adentro perdiéndome en el tiempo.
Quiero erotizar la noche mordisqueando los segundos jadeantes y extasiados, hasta subir a las altas cumbres del placer deseado. Sujétame te pido no me conformo con soñar atrápame en tu nido o déjame volar.
Azotas con la furia que prende tu pasión y cruzas la lujuria de mi perdición.
Las ansías se apoderan de nuestro esplendor prendiendo la hoguera de la tentación.
Derrumbas las paredes de mi timidez surgiendo la fíera que te hace enloquecer, me haces extenuar hasta mostrar el enigma de mi lividez.
Te excito con inocencia perdiendo la paciencia que duerme en mi piel. Me pierdo en tus gemidos esos que son deleite para hacerme desfallecer.
Tú eres el huracán que me avasalla, danzo sobre tu cuerpo como endemoniada, Rendida ante tu amor florece siempre mi flor mi boca calla, siempre eres el vencedor en mi campo de batalla.
En el escenario de la vida y el amor nuestros cuerpos desprenden fuego y pasión, tu constancia prende con ardor las frías paredes de mi corazón.
Tan solo tus besos son como la miel en las laderas de mi piel. Enloqueces cada poro de mi ser mientras navego por las aguas del placer.
Trepas mis montes grandiosos queriendo fundir sus cimas en tu boca. Me vuelvo tan loca y grito con frenesí.
Suspiras despavorido y ansioso mientras tu mirada reposa en la nada de mi calabozo. Y tiembla tu cuerpo de gozo.
Preso te tengo de mis encantos dulzura de terciopelo tan sumiso bajo mi manto. Apasionados desvanecemos en el vació de nuestro suelo. Bella sentencia impone nuestro amor ardientes deseos sin contemplación. Cadena perpetúa de pasión.